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domingo, 19 de mayo de 2013

CONGRESO FECH 2013: Insumos de Trabajo elaborados por la Comisión Organizadora.


CONGRESO FECH 2013
Insumos de Trabajo elaborados por la Comisión Organizadora.


I. ¿Qué significa que una universidad esté federada?

Para partir hay que entender que la federación es una forma de organización, la cual en la Universidad de Chile es definida como: Democrática, representativa, autónoma, pluralista, unitaria, solidaria y comprometida.
En algunos documentos se habla de ser la instancia máxima de representación y participación para los estudiantes de la Universidad. Si bien es cierto que esta organización se presenta como una unidad central que representa y discute los distintos temas que ocurren a nivel de cada espacio, existen la unidades locales independientes que se organizan con sus propios métodos y orgánicas. Es por esto que espacios como Derecho y FAU tienen sus propios estatutos, llevando a cabo diferentes procesos y formas de organización, sin embargo existe una unidad central, en nuestro caso la FECH en donde confluyen y se vinculan las problemáticas y discusiones, visibilizándose como un ente transversal.
II. Principios rectores del proceso de Congreso de Federación.

¿Qué es un Congreso de Federación?
El congreso FECh es el máximo órgano de toma de decisiones de nuestra orgánica estudiantil a nivel de la universidad. En esta ocasión se convoca a un congreso debido al cambio de estatutos de la FECh.
El congreso por lo tanto es la instancia donde estas modificaciones o refundación de la federación se hace concreta a través de discusiones y votaciones de los distintos espacios de la federación.
El congreso de cambio de estatutos se conforma de congresales y organizadores, elegidos en sus espacios, construyendo un cuerpo alternativo que lleve a cabo el proceso a través de las discusiones de los espacios.
En esta ocasión, el cambio de estatutos es una situación histórica debido a que el último cambio de estatutos se hizo hace dieciocho años y su transformación se ha demandado desde sus bases.
¿ Para qué se realiza el Congreso Fech ?

El Congreso Fech nace de la necesidad que se presenta durante las movilizaciones del 2011 en nuestra Federación, de que la comunidad estudiantil que hoy se agrupa y se ve representada por la Fech,repensara nuestra orgánica y lineamientos de la misma, con el fin de que la federación, como espacio articulador de los estudiantes, operativizara las discusiones, les diera dinamismo y contenido, cosa que muchas veces los estatutos limitaban, debido a que no se ajustan a la evolución de la organización estudiantil que vivimos actualmente.

Por lo tanto se hace urgente que la comunidad estudiantil dé la discusión sobre los ejes fundamentales que le dan sentido y razón de ser a la Federación de Estudiantes más antigua del país. Estos ejes fundamentales, deben responder a todos los escenarios donde la federación se hace presente, haciendo relación al rol y al carácter, tanto interno como externo de nuestra Universidad, entendiendo lo externo como la vinculación con el entorno social y político nacional en que se encuentra inmersa la Fech.
Podemos ver de manera evidente la necesidad de redefinirse y replantearse, haciendo de la Federación un espacio cada vez más representativo, abierto y validado por su estudiantado, entendiendo la importancia y responsabilidad que conllevan las discusiones y definiciones que el proceso del Congreso plantea, que se traduce en un desafío que nos planteamos como estudiantes de la Universidad de Chile de que, sin debilitar los procesos actuales de movilización interna y nacional, seamos capaces de abordar todas las temáticas del Congreso de manera amplia y contundente,  de tal forma que cada uno de los debates sea capaz de contar y expresar en sus resoluciones de manera fiel y representativa.
¿Cómo se pretende llevar a cabo el Congreso?

Entendiendo la importancia que tiene este espacio, que marca un hito histórico dentro de nuestra Federación y Universidad, tenemos la obligación como estudiantes de llevar el Congreso de la manera más amplia, integradora y participativa posible. Es menester que cada uno de los miembros de nuestro estamento se haga parte de las discusiones que se den, y que vea que su opinión plasmada dentro de las instancias de participación es fundamental para sacar adelante tan importante tarea.
La tónica del congreso va en que las discusiones de este no se den de manera aislada a las discusiones que llevamos en nuestros espacios, sino que ayude a convocar y profundizar los debate que venimos dando, que se adapte a la dinámica interna de discusión que tiene cada espacio y que a la vez avance y llegue a resultados concretos en el mediano plazo, habiendo tenido las discusiones pertinentes y que establezcan el rol que juega nuestra federación en adelante
Historia de los estatutos de la Federación en el Siglo XX.

Desde 1906, la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile se conformó como un ente crítico de la realidad social latente, y junto con ello, como un punto conexo entre las realidades estudiantiles y obreras a través de la reforma universitaria, proceso generado en variados países de América latina.
Primer surgimiento de la reforma universitaria (1918-1920).
Mientras en Córdoba en 1918 se gestaba un movimiento lo suficientemente fuerte como para calar hondo en las problemáticas de autonomía universitaria, cogobierno, extensión universitaria y libre debate de ideas; el principio de compromiso entre  universidad y sociedad, propios de la Reforma de Córdoba, ya se hacían evidentes en 1912, cuando los estudiantes de medicina de la Universidad de Chile ejecutan acciones de solidaridad con los obreros del norte, afectados por una epidemia de peste bubónica.
Ya en 1918, la identidad política de la FECh asume un carácter anarco-sindicalista, y mientras se desarrollaban las movilizaciones en Córdoba, en Chile conforma la Universidad Popular Lastarria, cuyo fin esencial era proporcionar educación a la clase trabajadora. Es aquí, en 1918, cuando se da lugar a la primera Convención de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. Esta convención está sumamente marcada por las realidades nacionales e internacionales que marcan la agenda política, y además, por la integración de los dirigentes de la Fech (Santiago Labarca y Juan Gandulfo) en la Asamblea Obrera de Alimentación Nacional (AOAN), una asamblea similar a un parlamento libre, donde convergían las opiniones y participación de obreros, artesanos y estudiantes. Esta instancia tenía como fin principal enfrentar la compleja situación alimentaria del país en aquellos años, pero permitió cimentar y fortalecer los lazos y la unión entre obreros y estudiantes.
La Convención proclama el internacionalismo pacifista, como el americanismo de los estudiantes cordobeses y, junto con ello, propone la abolición simultánea de los ejércitos de todas las naciones.
Pero no será hasta 1920, cuando en la nueva Convención de la FECh, se dirijan los esfuerzos para conformar un petitorio enmarcado en las ya tradicionales demandas cordobesas, pero adaptadas a la Universidad de Chile. La Convención de 1920, inaugura, en esencia, los movimientos estudiantiles por reformas directamente relacionadas con la Universidad; se declara en lucha por el tradicional petitorio académico que había inspirado el movimiento de Córdoba: obtener la representación de los estudiantes en los organismos directivos de la enseñanza, autonomía económica de la universidad, estatuto docente, educación nacional gratuita y laica.[1]

Pero no sólo de temas internos trató la declaración de la FECh al respecto. La  segunda Convención Estudiantil de la FECh, elaboró su Declaración de Principios. Esta estableció para todo su accionar una escala progresiva de valores: Individuo, Familia, Patria y Humanidad. La menor importancia dada a los conceptos de familia y patria trastornó al elemento conservador de la sociedad chilena de principios de siglo. El marcado compromiso de la FECh con las problemáticas de la cuestión social, su orientación internacional pacifista desde 1918, la acción organizada con los trabajadores observada desde su conformación y su ataque frontal y crítico con el sistema imperante, crean una situación de molestia y rechazo a la actividad estudiantil dentro de las clases dominantes.
Más adelante, ya luego del “Proceso a los Subversivos” de 1920, y luego del triunfo de Alessandri después de la exposición del fraude de la “Guerra de Don Ladislao”, la FECh vuelve a desarrollar exigencias en torno a la reforma universitaria.
Si bien el movimiento universitario emergió con más fuerza, en que los sectores de vanguardia procuraron darle un contenido social revolucionario a la lucha, el gobierno de Alessandri logró que el movimiento estudiantil quedara enclaustrado en la universidad. Ello impidió que las demandas de la Federación en cuanto a reforma, nunca vieran un avance concreto en el gobierno de Alessandri.
La Autonomía Universitaria (1931)

Habiendo pasado varios años desde las problemáticas con Alessandri, la abierta oposición a Carlos Ibáñez del campo y su dictadura se vio  presente, ante un gobierno que sólo en primera instancia y teóricamente, concedió la autonomía institucional y financiera a la Universidad de Chile. De hecho, la imposibilidad de la publicación  de la revista Claridad es un claro ejemplo del autoritarismo de este gobierno.
Luego del rol protagónico de la FECh en la caída de Ibáñez, y ya con el gobierno de Juan Esteban Montero, se consagra en hechos la Autonomía Universitaria, integrada desde entonces a los Estatutos de la Universidad de Chile. Por su parte, la Federación debe, básicamente como un rol político desde el inicio de las movilizaciones en 1918, defender y fomentar este principio. Junto con ello, se cimentó la autonomía en el plano financiero.
En 1944, los estudiantes de Pedagogía de la Universidad de Chile vuelven sobre muchas demandas históricas de la Reforma Universitaria relacionadas con la vida institucional: creación de cátedras paralelas, modificación del plan de estudios, intensificación de la práctica docente y co-gobierno. El 31 de Octubre termina la huelga estudiantil de esa carrera con la aceptación por las autoridades de buena parte del petitorio. Así se abre un ciclo de fructíferas movilizaciones en numerosas facultades de la misma institución. Este proceso dejará por largas décadas a la Universidad de Chile en una situación muy adelantada, respecto a la realidad institucional de, por ejemplo, la Universidad Católica.
La Reforma Universitaria de la década de los 60’.[2]

Hay que señalar que los primeros planteamientos de reformas en la Universidad se dan a partir de una serie de reformas a nivel país, impulsado por el gobierno democratacristiano. Ello, a su vez, impulsa a los grupos DCU (Democracia Cristiana universitaria) como principal grupo reformista, aunque no exentos de graves contradicciones, principalmente en cuanto al co-gobierno universitario.
La DCU se negaba a la participación de los estudiantes en la generación de las autoridades, mientras que los grupos simpatizantes de izquierda propiciaban el co-gobierno.
El movimiento estudiantil inicia la discusión de sus planteamientos tomando en cuenta antiguas demandas, e integrando elementos relativos a la estructura universitaria. Se señala la necesidad de despersonalizar las cátedras, haciéndolas una responsabilidad colectiva que vincule las funciones de investigación, docencia y extensión, y de organizarlas en departamentos. Se constata también la necesidad de la coordinación y la planificación central del conjunto de la educación superior. Incorporan la cuestión social proponiendo órganos de acción social por facultades, tanto como una forma de ampliar las tareas de extensión como de integrar el aspecto formativo del estudiantado. Surgen temáticas relativas a la participación estudiantil, pero sin señalar las formas específicas en cómo se impulsarán. Surgen también elaboraciones relativas al Bienestar Estudiantil.
Estos planteamientos son discutidos a nivel de los dirigentes estudiantiles y a nivel de algunos centros de estudiantes, adquiriendo grados de elaboración crecientes, que para 1966 alcanzan su primera formulación coherente y cohesionada.
La convención de la Reforma universitaria de 1966 se desarrolló entre el 25 y 29 de junio y reunió a 320 estudiantes. 150 de ellos fueron elegidos para la ocasión (56,3% de la DCU y el 41,3% restante al FRAP, que aglutinaba fuerzas de izquierda) y el resto provenían del comité ejecutivo de la FECh, los centros de estudiantes y delegados por escuelas.
Los delegados a la Convención se dividieron en 5 comisiones que analizaron diversos temas, llegando a conclusiones y a proposición de tareas.
Las comisiones fueron:
-“Tareas de la Universidad”: Se basó principalmente en la sociedad chilena, siendo resultado de tres grandes procesos: su marcada esencia capitalista; como país latinoamericano vive un proceso inevitable de modernización; y en un ser específico, Chile enfrenta un complejo proceso social que lo desafía al gran esfuerzo de emprender el desarrollo económico y sustituir sus formas institucionales caducas e injustas. El “deber ser” de la universidad, respecto al acuerdo de la comisión indica que “la Universidad, concebida de acuerdo a estas líneas generales, implica una comunidad socialmente integrada, libre y pluralista, dotada de los recursos necesarios para el cumplimiento de sus fines y moderna tanto en sus formas orgánicas como en el contenido y métodos de su trabajo.” Junto con ello estableció la necesidad de ser una comunidad dialogante, democrática y pluralista.
-La comisión 2, se abocó al tema del desarrollo de la Educación Superior, definiendo que existían tres características en el momento: Desarrollo insuficiente, Desarrollo no diversificado y desarrollo irracional (ausencia de coordinación, planificación y control) Como solución se plantea la necesidad de subsanar estas problemáticas a través de la coordinación, planificación y control de la educación superior.
-La comisión 3 se dedicó a la “Docencia, Investigación y Extensión en la U de Chile”. En su primera parte se refiere a la reorganización de la docencia, y habla sobre la misión principal de la Universidad en dar a los estudiantes una formación integral. (Dentro de este proceso es necesario recordar el Departamento de Accion Social creado en 1965 por iniciativa de la FECh, con el objeto de contribuir a la formación profesional adecuada para la realidad nacional, colaborando a la integración de los diversos grupos humanos a la vida cultural y social de la nación).
-La comisión 4 trató el financiamiento de la U. de Chile
- Y la comisión 5 trata la “Democratización de la Educación Superior”. Aquí, además de las discusiones sobre la democracia, integra la intensificación de tareas de Bienestar Estudiantil.
Producto del desarrollo de esta Convención, en 1967 se acepta la participación del estudiantado en el Consejo Universitario con 5 delegados.
Dentro de la Convención además, se estableció la necesidad de que los estudiantes participaran directamente en la elección de las autoridades, a través de cuerpos colegiados que representaran la opinión de todos los estamentos.
Fue precisamente el tema del cogobierno el que causó conflictos al interior de la universidad y de la propia FECH, ya que las profundas diferencias entre los sectores demócratacristianos y de izquierda generaron agudas disputas por cuotas de poder. De tal manera, y más allá de una eventual rigidez por parte de la autoridad en negarse a entregar poder, la gravitación de los partidos devino, en corto plazo, en la politización del movimiento impulsor de la reforma. Así, el lema “Universidad para Todos” fue relegado a un segundo plano, frente a la lucha netamente política, derivada de la rápida aceptación de las demandas por el cogobierno.
Las tesis de la DCU y de los directivos de la FECh se impuso por sobre la tesis de la alianza entre socialistas, comunistas y radicales que proponía el co-gobierno. La tesis vencedora proponía despojar del poder a las autoridades unipersonales, aumentar el poder de los organismos colegiados, participar en estos organismos como movimiento estudiantil, en forma importante y con derecho a voto, defender la unidad del movimiento, preservar a los estudiantes de compromisos políticos con sectores docentes, y rechazar la politización de la vida académica universitaria.
A fines de 1967, la Facultad de Filosofía y Humanidades (dirigida por el decano Hernan Ramirez Necochea) comenzó un proceso de reflexión que terminó aprobando la idea del co-gobierno y transgrediendo con ello los acuerdos del Consejo Universitario y la directiva de la FECh. Luego de la intención emanada por Eugenio Velasco (Decano de la Facultad de Ciencias Juridicas y Sociales) de intervenir filosofía, el conflicto induce al rector Eugenio Gonzalez a presentar su renuncia. . La FECh luego de ello, se toma casa central, que se mantuvo hasta la firma de un acuerdo interino con Ruy Barbosa, rector interino, en 1968. Sin embargo, las pugnas por poder terminaron por paralizar la reforma, y aún con la llegada de Eduardo Boeninger como rector, el problema de la conducción de la reforma no logro ser resuelto con las propuestas del nuevo rector. El proceso de reforma, según algunos, se confundió con la llegada al poder de Salvador Allende con la lucha por el poder.
Con el golpe de Estado de 1973, los logros de la reforma se destruyen por completo ante la designación de decanos, rector y dirigentes estudiantiles. Desde el principio del período dictatorial, y como golpe de gracia a la Reforma, fueron intervenidas las instituciones de educación superior el mismo día del golpe, con asaltos militares y redadas en diversas sedes universitarias, que derivaron en detenciones masivas de estudiantes, académicos y funcionarios. Menos de un mes más tarde, se institucionaliza la política intervencionista con la designación de oficiales militares, en calidad de “rectores-delegados” investidos de poder total, que incluían de manera explícita la atribución de destituir académicos y expulsar estudiantes.
El recuerdo de la Reforma Universitaria estableció -en la dictadura y sus adherentes- una fuerte asociación entre el mundo universitario y la disidencia política o agitación social. Esta consideración será -cómo se verá- una de las principales fuentes de una decidida contrarreforma al sistema de educación superior chileno. Un rediseño institucional que tiene sus bases en la “Directiva Presidencial sobre la Educación Nacional”, despachada por Pinochet en 1979.
“(Alcanzar) la educación media, y en especial, la superior, constituye una situación de excepción para la juventud, y quienes disfruten de ella deben ganarla con esfuerzo… y además debe pagarse o devolverse a la comunidad nacional por quien pueda hacerlo ahora o en el futuro…”
Augusto Pinochet, Carta al Ministro de Educación, 1979.
Con la llegada de los gobiernos civiles, surgió la esperanza por parte de los estudiantes de que la FECh se abocaría al necesario proceso de redemocratización al interior de la U y de revisión de las políticas educacionales dejadas por Pinochet. Muy por el contrario, los dirigentes de la Federación de aquel período estuvieron lejos de ese objetivo. La falta de dirección clara, la diferencia entre dirigentes y bases, y la desorganización luego de la falta de estatutos actualizados, dejaron a la FECh en una situación compleja para 1994.
En 1995 se constituyó una FECh Refundacional y Transitoria, con Rodrigo Roco como presidente, la que debía llevar a cabo un Congreso Estudiantil para elaborar los nuevos Estatutos y Declaración de Principios de la organización, replanteando la esencia de la misma.
De aquí surgen los estatutos actuales de la Federación, con cambios circunstanciales dependiendo de cada administración, pero planteando los preceptos básicos de la FECh del siglo XX, con ciertas actualizaciones a las década de los 90’.
Sin embargo, luego de las movilizaciones del año 2011, se ha hecho menester un cambio estructural y refundacional de la FECh y sus estatutos, con miras a los nuevos tiempos que nos afectan. En este punto el presente Congreso FECh tiene la importancia de la creación y conformación de nuevos estatutos acordes al ambiente político actual luego de la dictadura y enfrascados en el sistema neoliberal.


[1] Segunda Convención de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, 1920.
[2] Temática en base al Libro “La reforma en la Universidad de Chile” de Felipe Agüero, con dirección de investigación de Manuel Antonio Garretón. Biblioteca del movimiento estudiantil.



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